La “trumpización” del Grand Old Party
Te contamos cómo Trump ha logrado mantener su control absoluto sobre el GOP: lealtades blindadas, una agenda personalizada y castigos a quienes osaron desafiarlo.
En 2024 Taiwán celebra elecciones y China quiere que gane el Kuomintang. Para conseguirlo, Pekín puede levantar la mano con una tregua de unos meses. El problema es que más del 50% de los taiwaneses aspiran a declarar la independencia.
La apertura de una Oficina de Representación de Taiwán en Lituania provocó un feroz boicot por parte de la República Popular China (RPC) contra los productos lituanos. Es algo de lo que ya os hablamos en nuestro boletín. Pues bien, la visita de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, a Estados Unidos y su reunión con el presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, Kevin McCarthy a comienzos de abril, volvió a desatar la furia del régimen de Xi Jinping.
Por supuesto, la respuesta de Pekín no se hizo esperar: 3 días de ejercicios militares. Ejercicios que incluyeron la simulación de ataques de precisión sobre objetivos clave en Taiwán y sus alrededores, con aviones de combate y buques de guerra, algunos de los cuales ingresaron en la zona de identificación de defensa aérea de la isla. Eso sí, pese a todo, esta vez la respuesta fue más suave que en ocasiones precedentes.
La estrategia de intimidación china a Taiwán no solo no es algo nuevo. Pekín lleva tiempo incrementando la frecuencia y la escala de las patrullas de bombarderos, cazas y aviones de vigilancia de su ejército sobre los alrededores de la isla de Taiwán. También está aumentando la navegación de sus buques de guerra y portaaviones a través del estrecho de Taiwán. Todo ello sumado a medidas no militares como los ciberataques, la suspensión de las relaciones diplomáticas, la restricción del turismo, la presión a empresas internacionales para que incluyan a Taiwán en la lista de provincias China o la diplomacia del “lobo guerrero” con aquellos países que (como Lituania) establecen lazos diplomáticos con el gobierno de la isla.
Sin ir más lejos, el año pasado, tras la visita de Nancy Pelosi - la predecesora de McCarthy - a Taipéi, China respondió realizando simulacros con fuego real y pruebas de misiles que rodearon por completo la isla, además de imponer un embargo comercial y una congelación diplomática.
Una de las principales preocupaciones de algunos analistas estadounidenses (1 y 2) es que las crecientes capacidades militares chinas y el deterioro de las relaciones entre la China continental y Taiwán puedan desencadenar un conflicto que, a su vez, podría desembocar en una confrontación directa entre Estados Unidos y China. Sin embargo, no parece que eso vaya a ocurrir en un futuro próximo, sobre todo si tenemos en cuenta la “suavidad” de la respuesta que ha tenido, por parte de la RPC, la visita de la presidenta de Taiwán a Estados Unidos.
Pero, ¿acaso no resulta extraño? ¿A qué se debe esta “supuesta moderación” en la respuesta de China?
Taiwán se está preparando para celebrar, el próximo mes de enero de 2024, elecciones presidenciales. Y he aquí lo importante, en la isla hay 2 partidos principales con una posición muy diferente sobre la unificación china. Por un lado, está el Partido Progresista Democrático (DPP), al que pertenece la actual presidenta Tsai-Weng. Este partido defiende el liberalismo económico y es contrario a la reunificación china.
Rechazamos categóricamente la propuesta "Un país, dos sistemas" presentada por el gobierno chino y acatamos firmemente la "Resolución sobre el futuro de Taiwán" aprobada por el partido en 1999. Reafirmamos que el derecho a la autodeterminación pertenece al pueblo taiwanés y, sobre esa base, promovemos firmemente las reformas sistémicas pertinentes adaptadas al statu quo y a las necesidades futurasResolución sobre el triunfo social e intergeneracional del DPP. 2019: 101
Por el otro lado tenemos el Kuomintang (KMT), que gobernó Taiwán durante muchas décadas. Este partido está mucho más próximo a la China continental y apoya una eventual unificación china siguiendo lo que se ha llamado el “Consenso de 1992”.
Lógicamente, en Taiwán, China es un tema muy importante en cada elección presidencial y, por lo tanto, la posición y estrategia concreta que adopte en cada momento cada uno de los partidos políticos resulta crucial.
En los próximos comicios el KMT se presenta como una alternativa para reducir las tensiones con China. La habilidad de mantener una buena relación con Pekín es su mejor baza, pero una respuesta agresiva por parte de China o una escalada mayor de la tensión entre la China continental y Taiwán podría beneficiar al DPP, cuyo candidato acarrea la etiqueta de “trabajador político para la independencia”.
Además, tenemos que tener en cuenta que la reunificación no es una opción particularmente popular entre los ciudadanos taiwaneses:
Y en lo que respecta a los sentimientos nacionales, el 78% de los habitantes de Taiwán se identifican como taiwaneses, en lugar de chinos o de ambos sitios a la vez (Fundación de Opinión Pública de Taiwán, 2023).
El KMT escogerá a su candidato el próximo 18 de junio, el gran favorito es el actual alcalde de Taipéi, Hou Yu-ih que cuenta con unas cifras de aprobación por encima del 70%. Terry Gou, el fundador de Foxconn también ha anunciado que buscará la nominación. Sea como sea, lo que parece claro es que el KMT está en un momento relativamente dulce y van a jugar fuerte para recuperar la presidencia. A Pekín nada le haría más feliz, pero para que eso ocurra no deben tensar la cuerda demasiado.