La “trumpización” del Grand Old Party
Te contamos cómo Trump ha logrado mantener su control absoluto sobre el GOP: lealtades blindadas, una agenda personalizada y castigos a quienes osaron desafiarlo.
En los Países Bajos el controvertido Partido de la Libertad de Geer Wilders ganó las elecciones. Sin embargo, pese a ello, no parece probable que pueda llegar al gobierno. ¿Por qué? Te lo contamos.
El Partido de la Libertad de Geert Wilders (PVV por sus siglas en holandés) ha ganado las elecciones generales holandesas. De sacar 1,1 millones de votos y 17 escaños en 2021 ha multiplicado por dos su número de votos (esta vez le han votado 2,4 millones de holandeses) y ha conseguido 20 escaños más de los que tenía. Sin embargo, en los sistemas parlamentarios como el holandés, ser el partido más votado unas elecciones no significa gobernar. Y si no que se lo digan al candidato por el Partido Popular en las elecciones generales de este pasado verano en España, Alberto Núñez Feijóo.
La buena noticia para Wilders es que el nuevo parlamento holandés, surgido de las últimas elecciones, muestra menos fragmentación: 15 partidos, en lugar de los 17 de la legislatura anterior, se repartirán los 150 escaños disponibles. Además, cuenta con más escaños que Rutte en las dos legislaturas anteriores. Sin embargo, no son suficientes para formar gobierno.
Idealmente, Wilders preferiría conformar una mayoría gubernamental con el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), junto con la nueva formación democristiana liderada por Pieter Omtzigt, el partido Nuevo Contrato Social, que ha obtenido 20 escaños, y el partido ruralista, BBB.
A pesar de tener menos peso, el BBB, con 7 escaños, es el partido en el que Wilders podría apoyarse más. Caroline van der Plas, líder de los ruralistas, ha expresado que el PVV, el VVD, el NCS y su partido deberían iniciar negociaciones lo antes posible. No obstante, el Partido Popular-VVD y el NCS no parecen dispuestos a facilitar esta posibilidad.
Los populares del VVD, liderados anteriormente por Rutte y ahora por Dilan Yesilgöz, han dejado claro que no formarán parte de ningún gobierno, aunque están dispuestos a brindar apoyo externo.
Por otro lado, Pieter Omtzigt, líder del NCS, no muestra la misma predisposición. Destaca que la Constitución es una línea roja para ellos y que existen propuestas del PVV que la vulneran. Por ahora, no visualiza ninguna base para iniciar negociaciones con el partido ganador para formar un gobierno de coalición, aunque estaría de acuerdo en respaldar un gobierno en minoría del PVV, el VVD y el BBB. Sin embargo, con la exclusión de los populares, es dudoso que apoye un gobierno conformado únicamente por el PVV y el BBB.
La buena noticia para Wilders es que la alternativa enfrenta aún más desafíos. La coalición entre laboristas y verdes liderada por Frans Timmermans quedó en segundo lugar, asegurandose 25 escaños, pero necesita el acuerdo de más formaciones que Wilders si pretende liderar el nuevo gobierno de coalición. Ninguno de los partidos mayoritarios parece considerar esa opción, algo que también ha descartado Timmermans.
Si Wilders no logra acercarse a otras formaciones de derecha en estos días, la formación de gobierno podría resultar tan complicada como le ocurrió en las últimas ocasiones de Rutte. Recordemos que para formar el último gabinete se tardó 9 meses. En este aspecto, la capacidad de liderazgo y negociación del líder del Partido de la Libertad será determinante.