Especial: ¿La nueva era de los BRICS?

Arabia Saudí, Emiratos, Argentina, Irán, Egipto y Etiopía se han incorporado a los BRICS. Esto ha puesto una pregunta sobre la mesa: ¿Lograrán convertirse en una alternativa al poder y la influencia de EE. UU.? Te contamos las principales claves.

Especial: ¿La nueva era de los BRICS?

En este especial dedicado específicamente a los BRICS echamos un vistazo a los siguientes temas:

  • Mitos y realidades sobre la expansión de los BRICS
  • Los motivos que tienen los nuevos miembros para unirse a los BRICS
  • Cómo pretenden los BRICS darle la espalda al dólar estadounidense

CONTEXTO: MITOS Y REALIDADES SOBRE LA EXPANSIÓN DE LOS BRICS

La decisión de los BRICS de abrir el bloque y dejar entrar a seis nuevos miembros ha desencadenado una avalancha de elucubraciones acerca de quiénes son los grandes ganadores (¿China? ¿Rusia?) y los perdedores (¿India?) de esta jugada, sobre la dirección que va a tomar el grupo a partir de ahora y sobre cómo puede contribuir a transformar el orden económico y político mundial en las próximas décadas.

¿Qué se está diciendo y qué parte hay de verdad y de exageración en todo ello? Pues bien, dado el peso que repentinamente los BRICS están tomando en la actualidad internacional, en NotNews hemos querido aportar algo de claridad entre tanto ruido.

1. Una clara victoria para China

Muchos análisis coinciden en que la ampliación de los BRICS representa una clara victoria china. ¿Es eso cierto?

China es uno de los países, junto con Rusia, que más fuertemente insistía en la ampliación del bloque. Su mano se percibe claramente en la entrada de los Estados del Golfo y, sobre todo, en el acceso de Irán. En su carrera por disputar la hegemonía a Estados Unidos, está tratando de ocupar el vacío de poder que Washington ha dejado en Oriente Medio. Con esa meta, un foro como este, repleto de países no occidentales, o incluso, antioccidentales, es otro instrumento más. Pero, ahí está la clave: es solo un instrumento más.

Imagen: Gobierno de Sudáfrica

No resulta sorprendente, ni tampoco demasiado meritorio para Xi Jinping, que sea, precisamente, China el país dominante en los BRICS. Al fin y al cabo su economía es el doble que las del resto de miembros juntos.

"Debido a que la ampliación solo incluye a países con relaciones amistosas con China, parece que el BRICS+ simplemente se convertirá en otra herramienta para la diplomacia china. En vez de representar los intereses de las economías emergentes, permitirá que China se inmiscuya aún más en ellos". Daron Acemoglu, Catedrático de Economía en el MIT

Pero, por otra parte, no debemos sobredimensionar la importancia de esta victoria. Más allá de la creación del Nuevo Banco de Desarrollo, un banco de préstamos que tan solo ha movilizado 33.000 millones de dólares en los 8 años que lleva funcionando, no hay iniciativas muy destacables que hayan salido de los foros anuales de los BRICS. Y el NBD es una institución que difícilmente puede competir (por lo menos por ahora) con un Banco Mundial que, solo en 2022, comprometió 104.000 millones de dólares.

2. Se produce un giro antioccidental en los nuevos BRICS+

Los países miembros del bloque BRICS y del nuevo BRICS+ coinciden en la falta de capacidad que existe para hacer valer sus intereses en instituciones internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o el Consejo de Seguridad de la ONU.

La cuestión es que esto no implica que todos estos países quieran dar la espalda a Occidente y mucho menos a Estados Unidos. Aunque la entrada de la aislada República Islámica de Irán desafía el orden liderado por Washington, India, Sudáfrica o Brasil quieren mantener sus relaciones comerciales con Estados Unidos. India, de hecho, está estrechando intensamente su colaboración política, económica y militar con este país. Y por su parte, Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos son, en última instancia, estrechos aliados del tío Sam y, aunque recientemente hayan estrechado también lazos con China, es poco probable que a la hora de la verdad quisieran abandonar las garantías de seguridad que les ofrece la potencia estadounidense.  Más bien se trata de jugar a dos bandas, de aprovecharse de lo bueno que puede ofrecerles cada alianza, no de cerrarse puertas, sino de abrir más caminos posibles.

Es decir, que no estamos, ni mucho menos, ante la consumación de un bloque antioccidental. De hecho, la propia ampliación podría haber diluido ese supuesto papel. Por ahora, la Administración Biden ha respondido comprometiéndose con el fortalecimiento de las capacidades del FMI y el Banco Mundial.

3. Los nuevos BRICS+ pueden contribuir a generar un nuevo orden mundial cada vez más multilateral

A la hora de la verdad, la capacidad de acción de los nuevos BRICS+ tiene algunas limitaciones. La primera es que los objetivos del bloque son puramente económicos. Los BRICS son una agrupación creada para fomentar la cooperación económica mediante la inversión y el intercambio de recursos, tecnología y capital humano.

En segundo lugar, duplicar el número de miembros con niveles dispares de integración económica, capacidad para atraer inversiones y una gran variedad de intereses contrapuestos puede dificultar la toma de decisiones en la medida en que estas requieren consenso.

Imagen: Palacio de Planalto

A su vez, el grupo alberga en su seno a países con una creciente confrontación geopolítica, como China y la India, cuyas confrontaciones en todo tipo de campos son constantes - Recientemente, India ha estado incluso restringiendo la inversión directa de empresas chinas en el país. Y si a eso le sumamos la entrada de Irán y Arabia Saudí, que por mucho que hayan logrado restablecer sus lazos diplomáticos con la ayuda de China, siguen siendo grandes rivales regionales; o la de Egipto y Etiopía, que mantienen una acalorada disputa sobre la gestión de las aguas del Nilo, no está nada claro que el consenso vaya a ser ahora más fácil.

Eso sí, con el tiempo grupos como los BRICS tienen el potencial de socavar el poder de Washington a la hora de castigar o aislar a países que apliquen políticas contrarias a los intereses estadounidenses.

"La inclusión de Arabia Saudita, Etiopía, Egipto, Irán y los EAU llevará a que el BRICS se convierta cada vez más en un club «antidemocrático» Daron Acemoglu, Catedrático de Economía en el MIT

En este vídeo te contábamos cómo China contribuyó al acercamiento entre Irán y Arabia Saudí:

4. Las incorporaciones no responden a ningún criterio

Los principios, estándares, criterios o procedimiento que han motivado la elección de los nuevos miembros no se han hecho públicos. Pero, tal y como ha señalado quien acuñó el nombre BRIC (en su formulación original no contenía a Sudáfrica), la decisión de incorporar a Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Egipto, Etiopía y Argentina “no parece haberse tomado en base a ningún criterio objetivo claro, y mucho menos económico”.

¿Por qué tanto enfoque en Oriente Medio y tan poco en Asia meridional o el sudeste asiático? ¿Por qué no aceptar a Bangladés, por ejemplo? ¿O por qué no intentar la entrada de otros países como Tailandia o Uruguay, cuando por ejemplo este último ya ha sido admitido en el NBD?

LA CLAVE: BUENOS MOTIVOS PARA UNIRSE A LOS BRICS

Las implicaciones que tiene esta ampliación son más discutibles de lo que a priori pudiera parecer, lo que no quiere decir que los nuevos miembros no tengan buenos motivos para unirse al bloque, o que los actuales miembros no ganen nada con ello. Sin embargo, las motivaciones son muy variadas. Para algunos es una cuestión sobre todo económica, para otros, política y para otros una combinación de ambas.

Irán, por ejemplo, es un país excluido de la escena internacional. Para Teherán, unirse a los BRICS supone entrar a formar parte de una especie de globalización alternativa. En términos económicos, es un salvavidas, si consideramos el mal estado en el que se encuentra su economía, terriblemente afectada por las sanciones estadounidenses. A su vez, la invitación a Irán llega en el momento perfecto: las sanciones de la ONU sobre el programa de misiles balísticos están a punto de levantarse (se espera que esto suceda el 18 de octubre de 2023) y esta incorporación a los BRICS le da la oportunidad de consolidar el viraje oriental de su diplomacia. Hasta el momento se ha integrado en la Organización de Cooperación de Shanghái y, gracias a la mediación china, está mejorando sus relaciones con sus vecinos árabes.

Por su parte, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos quieren ampliar su cooperación con países no occidentales y diversificar sus asociaciones económicas. Estos dos países añaden un importante peso económico a los BRICS, refuerza su papel en el escenario geopolítico del mercado petrolero mundial, y amplía las oportunidades de inversión y comercio. En esta línea, China e India son dos de los principales clientes petrolíferos de los Estados del Golfo y Arabia Saudita es el principal socio comercial de los BRICS en Oriente Medio, con un comercio proyectado que superará los 160.000 millones de dólares en 2022. Y hay que recordar que Emiratos Árabes Unidos y Egipto ya forman parte, desde 2021 y 2023, respectivamente, del Nuevo Banco de Desarrollo.

¿Y qué pasa con Egipto y Argentina? Ambos países tienen una economía muy dañada, con una tasa de inflación disparatada y unas monedas muy devaluadas respecto al dólar estadounidense, una situación que les ha llevado a recurrir al FMI. De hecho, Argentina y Egipto son los mayores deudores del FMI del mundo. La entrada a los BRICS les podría dar algo de oxígeno. Les permitiría acceder al NBD, una fuente de financiación alternativa para los créditos que necesitan, y, en el caso de Egipto, rebajar la presión sobre el dólar, una divisa que escasea en el país, ya que los BRICS promueven los intercambios comerciales en las monedas locales. De Egipto, los BRICS pretenden aprovechar la ubicación estratégica de El Cairo, con su control sobre el canal de Suez y los yacimientos de gas descubiertos recientemente en diversas áreas del país.

Imagen: Palacio de Planalto

Con la entrada de Argentina, Brasil tendrá a uno de sus mayores aliados dentro del bloque y también a uno de sus principales socios comerciales. Claro que, a menos que gane las próximas elecciones presidenciales, el candidato oficialista y actual ministro de Economía, Sergio Massa, todo apunta a que Argentina no llegará a integrarse en el grupo. Tanto Patricia Bullrich como Javier Milei ya han expresado su negativa.

Eso sí, como ya os hemos avanzado, no todo es economía. Junto con Egipto, los países del golfo están viendo la oportunidad de capitalizar el vacío de poder que ha dejado la guerra en Ucrania en la región. A su vez, con las nuevas adhesiones, los BRICS aumentan el número de miembros en el G20, que ahora ascenderá a 7 de sus 20 miembros, una oportunidad clave para situar temas en la agenda.

INCÓGNITA: Así pretenden los BRICS darle la espalda al dólar

Otra de las cuestiones que estuvieron sobre la mesa en pasada la reunión anual de los BRICS en Johannesburgo era la necesidad de des-dolarizar sus economías. Esto es, reducir en la medida de lo posible su dependencia respecto del dólar estadounidense. ¿Por qué? Pues fundamentalmente para poder sortear las sanciones económicas y las consecuencias generadas por los cambios de tipos de interés llevados a cabo por la Reserva Federal, lo que ha provocado, por ejemplo, la depreciación de otras monedas.

Imagen: FED

Si bien se ha hablado mucho sobre la posibilidad de crear una moneda común entre todos los países BRICS, esta idea no parece que vaya a hacerse realidad, no al menos en un periodo de tiempo próximo.

En la declaración publicada tras la reunión, no solo no se menciona ningún compromiso al respecto, sino que incluso se han producido declaraciones de algunos líderes negando tal posibilidad. Eso sí, el compromiso de los BRICS es el de fomentar el uso de sus propias monedas tanto en el comercio internacional como en las transacciones financieras entre sus estados miembros.

¿Cómo? Ya disponen algunos mecanismos que sólo tienen que reforzar:

a) En 2010 pusieron en marcha el Mecanismo de Cooperación Interbancaria, para facilitar que los pagos transfronterizos entre los bancos de los estados miembros se realizaran en sus respectivas monedas nacionales.

b) En 2014 crearon el NBD, que aunque sigue dependiendo fuertemente del dólar (la mayor parte de su financiación se formaliza en esta moneda), tiene como objetivo que el 30% de los préstamos concedidos estén nominados en las monedas locales de los países miembros para 2026. De momento este porcentaje se sitúa en el 22%, así que no va mal encaminados.

c) En 2018 desarrollaron el BRICS Pay, un sistema de pago para realizar transacciones entre países BRICS que no requiere convertir la moneda de cada país a dólares estadounidenses.


Además, han proliferado los acuerdos bilaterales entre países miembros para comerciar en moneda local. El más reciente es entre Brasil y China. Y, por ejemplo,  en la actualidad, el 80% del comercio bilateral entre China y Rusia ya se hace en sus propias monedas.

Si quieres saber más sobre esta cuestión, no te pierdas uno de nuestros últimos vídeos en los que te contamos por qué el Yuan no puede ganar al dólar:

¡Genial! Te has registrado correctamente.

¡Bienvenido de vuelta! Has iniciado sesión correctamente.

Te has suscrito correctamente a NotNews.

¡Éxito! Revisa tu correo electrónico para obtener el enlace mágico para iniciar sesión.

¡Éxito! Se ha actualizado tu información de facturación.

No se ha actualizado tu facturación.

Política de Privacidad Política de Cookies Términos y Condiciones